miércoles, 23 de diciembre de 2009

domingo, 20 de diciembre de 2009

Vendedor de periódicos


A pesar de su limitante lucha por superarse.
Rafael Caal, de 25 años cuenta que a los 14 años empezó a trabajar en un aserradero, una semana llevaba laborando cuando se puso a sacar aserrín y por circunstancias de la vida sin darse cuenta manipuló un cable eléctrico pelado creándole una gran quemadura en su brazo. Fue trasladado de gravedad al hospital San Juan de Dios en la capital. Los médicos indicaron que Rafael tenía quemaduras de primero, segundo y tercer grado, fue tan grave su quemadura que hasta el hueso se había quemado por lo que fue necesario amputarle el brazo. Rafael a pesar de esa amarga experiencia se recuperó y sin su brazo siguió adelante luchando por la vida.
Rafael hace dos años se le ocurrió la idea de vender periódico y se las ingenio en manejar una bicicleta a pesar de no contar con su brazo derecho, se adaptó muy bien a maniobrar la bicicleta, le ha ido bastante bien en las ventas, el ya tiene clientela fija que le compra día a día, empieza a trabajar desde las cinco de la mañana hasta las tres de la tarde montado en su bicicleta.
Un ejemplo a seguir.
A pesar de la dificultad físicas que tiene a logrado su objetivo de poder trabajar dignamente, quiere ser un ejemplo para muchas personas que no tienen trabajo motivándolos a que luchen porque sin trabajo no se puede salir adelante en la vida. Además insta a los jóvenes a que se alejen de las cosas malas como robar o meterse a vicios.

domingo, 6 de diciembre de 2009

La tradición de las Mujeres tejedoras Tactiqueñas





Parte de las mujeres tejedoras mostrando con orgullo sus coloridos güipiles elaborados con mucha paciencia.

Diferentes bordados representando venados y quetzales.
Bellos tejidos elaborados con manos sagradas.
La asociación civil Naojbal conformada por más de doscientas mujeres indígenas que se dedican a la elaboración de tejidos elaborados a mano. Cada una de ellas invierte una gran cantidad de horas trabajando bellos tejidos con una diversidad de colores y figurillas como los venados, caballos, quetzales, pájaros y una diversidad de flores, Representado de esa manera la naturaleza. Uno de las grandes dificultades que están pasando en este momento es que el hilo que es el elemento principal para su trabajo ha subido demasiado de preció lo que da como resultado que después de tanto trabajo las ganancias sean mínimas. Después de elaborar sus productos van al mercado en donde por lo general los compradores les regatean su artesanía de muchas horas de trabajo. Dentro de los trabajos que elaboran están los güipiles, chalinas, bolsas, servilletas, individuales, bufandas, entre otros productos.
Uno de los hilos más caros es la lustrina, un güipil bien elaborado de ese tipo de hilo puede llegar a costar unos 2 mil quetzales, pero el que más utilizan es el hilo alta seda, que por su economía permite elaborar tejidos que estén más al alcance de los compradores.
Flora Quej, presidenta de la asociación indicó que de seguir así la situación, las mujeres buscarán otro medio de ganarse el sustento, pues con lo que ganan sus esposos no alcanza, por lo que poco a poco se va ir perdiendo la tradición de las mujeres tejedoras tactiqueñas.
Este trabajo laborioso se va transmitiendo de generación en generación, las niñas desde muy pequeñas aprenden con sus manos mágicas a elaborar bellos tejidos, que ya es una carta de presentación para el turismo extranjero quienes se maravillan de los coloridos, los hoteles utiliza los tejidos para decorar los espacios.
Las mujeres de la asociación pertenecen a varias comunidades: Pajajché, Pansinic, Chihulh’a, Chamaó, Chiacál, entre otras comunidades.
La caja de 24 madejas de lustrina está alrededor de 75 quetzales.
El hilo alta seda cuesta 13.50 doce madejas por lo que este es el hilo más utilizado por las mujeres.