Barrio Santo Domingo es uno de los más antiguos de Cobán, posee la única calle empedrada como era a principios de siglo, conocida actualmente como el callejón de los enamorados. en la parte baja se puede observar un horrible color anaranjado chillante pintado por trabajadores municipales.
edificaciones antiguas, que hacen recordar al Cobán antiguo.
Algunos interiores de casas antiguas.
Recordar es vivir con Rolando Morales Zetina.
Don Rolando Morales Cetina, un periodista de corazón, que ronda entre los 70 años. Se le entrevistó para hacer una remembranza de Cobán, en los años 50s y hacer una comparación del Cobán moderno, con sus edificios que vienen a ser adefesios que rompen con la belleza de los monumentos antiguos. El edificio de la corte suprema de justicia, el famoso kiosco que parece un platillo volador y un edificio conocido como el cajón arrendado por un banco del sistema son precisamentes los adefecios a los que se refiere don Rolando. Todos ellos en el centro histórico de Cobán que vienen a contrastar al lado de los bellos monumentos como el palacio de gobernación, la colonial catedral y algunas casas que aun conservan su toque antañon.
Don Rolando Augusto Morales Zetina, originario de San Andrés Peten, cuenta que un año de nacido a raíz de la muerte de su madre lo trajeron a vivir a Cobán junto a su padre que es cobanero. Por lo que tiene toda una vida de vivir en Cobán y se siente cobanero de corazón. Cuenta que cuando era un adolecente, Cobán era una pequeña ciudad con pocos habitantes, un pueblo tranquilo con sus típicas calles empedradas, casas sencillas pero atractivas y sin faltar las gallinas de patio del cual se hacían buenos caldos. El casco urbano repentinamente era interrumpido por potreros llenos de cafetales, pacayales y platanares. La vida en ese entonces era apacible, el caminar de las personas era lento, bajo el famoso chipi- chipi. En el parque central los martes jueves y domingos se realizaban conciertos, en el cual los hombres caminaban de un lado y las mujeres por el otro para encontrarse y saludarse con mucho respeto. La economía en ese entonces era buena. Cuando se visitaba a los amigos se entraba hasta la cocina y al visitante se le ofrecía un sabroso güisquil cosido.
La vida actual.
En la actualidad tristemente la vida es sufrida, los jóvenes han perdido parte de su identidad a raíz de tanta tecnología, la crisis económica está a la orden del día junto con la violencia, Cobán es una selva de cemento lleno de humo, bullicio, basura por doquier. Pero todo esto es parte del desarrollo, la vida sigue y no hay que quedarse estancado en el pasado. En cuanto a los que se preocupan por el rescate del coban de antaño es un grupo de buenos vecinos que quieren a su pueblo, quieren escarbar la historia, sacarla a flote, que se luche por recuperar la imagen de lo que era antes Cobán.
Don Rolando Morales Cetina, un periodista de corazón, que ronda entre los 70 años. Se le entrevistó para hacer una remembranza de Cobán, en los años 50s y hacer una comparación del Cobán moderno, con sus edificios que vienen a ser adefesios que rompen con la belleza de los monumentos antiguos. El edificio de la corte suprema de justicia, el famoso kiosco que parece un platillo volador y un edificio conocido como el cajón arrendado por un banco del sistema son precisamentes los adefecios a los que se refiere don Rolando. Todos ellos en el centro histórico de Cobán que vienen a contrastar al lado de los bellos monumentos como el palacio de gobernación, la colonial catedral y algunas casas que aun conservan su toque antañon.
Don Rolando Augusto Morales Zetina, originario de San Andrés Peten, cuenta que un año de nacido a raíz de la muerte de su madre lo trajeron a vivir a Cobán junto a su padre que es cobanero. Por lo que tiene toda una vida de vivir en Cobán y se siente cobanero de corazón. Cuenta que cuando era un adolecente, Cobán era una pequeña ciudad con pocos habitantes, un pueblo tranquilo con sus típicas calles empedradas, casas sencillas pero atractivas y sin faltar las gallinas de patio del cual se hacían buenos caldos. El casco urbano repentinamente era interrumpido por potreros llenos de cafetales, pacayales y platanares. La vida en ese entonces era apacible, el caminar de las personas era lento, bajo el famoso chipi- chipi. En el parque central los martes jueves y domingos se realizaban conciertos, en el cual los hombres caminaban de un lado y las mujeres por el otro para encontrarse y saludarse con mucho respeto. La economía en ese entonces era buena. Cuando se visitaba a los amigos se entraba hasta la cocina y al visitante se le ofrecía un sabroso güisquil cosido.
La vida actual.
En la actualidad tristemente la vida es sufrida, los jóvenes han perdido parte de su identidad a raíz de tanta tecnología, la crisis económica está a la orden del día junto con la violencia, Cobán es una selva de cemento lleno de humo, bullicio, basura por doquier. Pero todo esto es parte del desarrollo, la vida sigue y no hay que quedarse estancado en el pasado. En cuanto a los que se preocupan por el rescate del coban de antaño es un grupo de buenos vecinos que quieren a su pueblo, quieren escarbar la historia, sacarla a flote, que se luche por recuperar la imagen de lo que era antes Cobán.
Bellas edificaciones, con ese horrible color anaranjado.
3 comentarios:
muy buenas las fotos
pero que talega las fotos
Amo a mi coban bello
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