Parte de las mujeres tejedoras mostrando con orgullo sus coloridos güipiles elaborados con mucha paciencia.
La asociación civil Naojbal conformada por más de doscientas mujeres indígenas que se dedican a la elaboración de tejidos elaborados a mano. Cada una de ellas invierte una gran cantidad de horas trabajando bellos tejidos con una diversidad de colores y figurillas como los venados, caballos, quetzales, pájaros y una diversidad de flores, Representado de esa manera la naturaleza. Uno de las grandes dificultades que están pasando en este momento es que el hilo que es el elemento principal para su trabajo ha subido demasiado de preció lo que da como resultado que después de tanto trabajo las ganancias sean mínimas. Después de elaborar sus productos van al mercado en donde por lo general los compradores les regatean su artesanía de muchas horas de trabajo. Dentro de los trabajos que elaboran están los güipiles, chalinas, bolsas, servilletas, individuales, bufandas, entre otros productos.
Uno de los hilos más caros es la lustrina, un güipil bien elaborado de ese tipo de hilo puede llegar a costar unos 2 mil quetzales, pero el que más utilizan es el hilo alta seda, que por su economía permite elaborar tejidos que estén más al alcance de los compradores.
Flora Quej, presidenta de la asociación indicó que de seguir así la situación, las mujeres buscarán otro medio de ganarse el sustento, pues con lo que ganan sus esposos no alcanza, por lo que poco a poco se va ir perdiendo la tradición de las mujeres tejedoras tactiqueñas.
Este trabajo laborioso se va transmitiendo de generación en generación, las niñas desde muy pequeñas aprenden con sus manos mágicas a elaborar bellos tejidos, que ya es una carta de presentación para el turismo extranjero quienes se maravillan de los coloridos, los hoteles utiliza los tejidos para decorar los espacios.
Las mujeres de la asociación pertenecen a varias comunidades: Pajajché, Pansinic, Chihulh’a, Chamaó, Chiacál, entre otras comunidades.
La caja de 24 madejas de lustrina está alrededor de 75 quetzales.
El hilo alta seda cuesta 13.50 doce madejas por lo que este es el hilo más utilizado por las mujeres.
Uno de los hilos más caros es la lustrina, un güipil bien elaborado de ese tipo de hilo puede llegar a costar unos 2 mil quetzales, pero el que más utilizan es el hilo alta seda, que por su economía permite elaborar tejidos que estén más al alcance de los compradores.
Flora Quej, presidenta de la asociación indicó que de seguir así la situación, las mujeres buscarán otro medio de ganarse el sustento, pues con lo que ganan sus esposos no alcanza, por lo que poco a poco se va ir perdiendo la tradición de las mujeres tejedoras tactiqueñas.
Este trabajo laborioso se va transmitiendo de generación en generación, las niñas desde muy pequeñas aprenden con sus manos mágicas a elaborar bellos tejidos, que ya es una carta de presentación para el turismo extranjero quienes se maravillan de los coloridos, los hoteles utiliza los tejidos para decorar los espacios.
Las mujeres de la asociación pertenecen a varias comunidades: Pajajché, Pansinic, Chihulh’a, Chamaó, Chiacál, entre otras comunidades.
La caja de 24 madejas de lustrina está alrededor de 75 quetzales.
El hilo alta seda cuesta 13.50 doce madejas por lo que este es el hilo más utilizado por las mujeres.
3 comentarios:
Felicitaciones Nelson, quiero pedirle un favor, es posible que usted mencione los telefonos para poder comunicarnos con ellas, gracias
Mil disculpas, perdí el contacto con las señoras; trataré de averiguarlo, gracias por visitar mi pagina.
hermoso trabajo!
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